**Título: El Código de la Rebelión**

**Capítulo 1: El Despertar de Luis**

Barcelona, 2026. La ciudad vibraba con el bullicio del verano, pero Luis Toribio no estaba para fiestas. A sus 45 años, este profesor de informática y exingeniero había visto de todo: desde licitaciones amañadas en obra pública hasta estafas de criptomonedas en casas okupadas. Sentado en su pequeño despacho en el barrio del Raval, rodeado de pantallas y cables, Luis tecleaba furiosamente en su portátil. No estaba corrigiendo exámenes ni programando macros en Visual Basic. Estaba coordinando a su “Equipo A”, un grupo de 80 youtubers que, como él, estaban hartos del circo político y económico que asfixiaba España.

Luis había conocido a muchos de sus aliados en circunstancias peculiares. A Liang, un genio chino de la informática, lo conoció en un congreso en Pekín en 2024. Liang había creado un software revolucionario que potenciaba las habilidades humanas frente a la inteligencia artificial, haciendo temblar a las grandes empresas tecnológicas. “Las máquinas no son el futuro, Luis. Somos nosotros, si sabemos usarlas”, le dijo Liang mientras tomaban un té en un garaje lleno de servidores improvisados. Ese software, ahora conocido como “HumanOS”, estaba cambiando el juego, y Luis era su mayor defensor en Europa.

También estaba Makarenko, el matemático ruso experto en ecuaciones diferenciales, con quien Luis había compartido un Airbnb en París durante las Olimpiadas de Matemáticas de 2025. Mientras discutían trayectorias óptimas para motos de motocross (un pasatiempo inesperado de Makarenko), el ruso le explicó cómo aplicar derivadas para optimizar estrategias de resistencia. “Cero en la primera derivada, negativa en la segunda. Máxima eficiencia, amigo”, dijo Makarenko, señalando un gráfico en su cuaderno. Esa lógica ahora guiaba los movimientos del Equipo A.

Y luego estaba Victoria, la especialista en inteligencia emocional de Marbella. La conoció en una sauna en Vilanova, donde ella le habló de su trabajo con las “mujeres generosas”, un grupo que ofrecía apoyo emocional a hombres necesitados a cambio de una compensación. “No todo es dinero, Luis. A veces, solo necesitan que alguien los escuche”, le dijo Victoria, con una sonrisa que desarmaba. Luis no estaba del todo convencido, pero su empatía y astucia la convirtieron en una aliada clave.

El teléfono de Luis vibró. Era un mensaje de Víctor Aldama, el exlegionario y empresario que se había infiltrado en las cloacas del PSOE. “Luis, tenemos un problema gordo. Los sorosianos están moviendo ficha. Reúnete conmigo en Zamora, ya sabes dónde”. Luis suspiró. Zamora, donde todo empezó en aquel partido de fútbol de veteranos. Allí conoció a Aldama, un tipo duro que no tenía pelos en la lengua y que juraba desmantelar la mafia socialista desde dentro.

**Capítulo 2: La Conspiración Sorosiana**

Aldama esperaba a Luis en un bar de Zamora, cerca del estadio donde habían jugado años atrás. “Los sorosianos están por todas partes”, dijo Aldama, bebiendo un café solo. “Okupan casas, minan criptos y hacen que los propietarios paguen las facturas. Todo con leyes woke que ellos mismos financian a través de colectivos como Jodemos. Y Sánchez está metido hasta el cuello”.

Luis frunció el ceño. Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, era una figura controvertida. Su fortuna, heredada de los negocios turbios de su suegro (saunas y prostíbulos disfrazados de “centros de relajación”), lo tenía atado a intereses oscuros. Pero lo que Aldama reveló era aún peor: gracias a los contactos del Comisario Villaeejo y los servicios de inteligencia israelíes, se sabía que Sánchez estaba bajo el yugo de Marruecos. El virus Pegasus, creado por los israelíes, había destapado que el rey de Marruecos tenía información comprometedora sobre Sánchez, obligándolo a aceptar delincuentes marroquíes en suelo español.

“¿Y los dos nombres? JB. ¿Sabemos quiénes son?”, preguntó Luis.

Aldama asintió. “José Bono y José Blanco. Los ‘cinco fantásticos’ de la banda del Peugeot 407. Todo el PSOE es una fachada para enriquecerse. Pero hay más. Los sorosianos están detrás, financiando todo, desde las leyes woke hasta la debacle económica”.

Luis apretó los puños. Había visto cómo las licitaciones de obra pública en Cataluña estaban amañadas, con comisiones del 10% o 20% que se lavaban en Andorra. Ahora, todo encajaba. Pero no podían enfrentarse a esto solos. Necesitaban pruebas, y necesitaban que el mundo las viera.

**Capítulo 3: La Batalla Cultural**

El Equipo A se reunió virtualmente esa noche. Los 80 youtubers, desde hackers hasta divulgadores políticos, estaban listos para actuar. Luis les explicó el plan: usar HumanOS para recopilar y difundir pruebas de la corrupción del PSOE y los sorosianos. Liang, desde China, había optimizado el software para rastrear transacciones de criptomonedas y conectarlas con las casas okupadas. Makarenko, desde Moscú, analizaba los flujos financieros con sus ecuaciones diferenciales, buscando patrones. Y Victoria, desde Marbella, coordinaba a las mujeres generosas y sus subgrupos —las necesitadas, las conocer mundo y las colocadas— para obtener información desde dentro de los círculos de poder.

“La batalla cultural está en su apogeo”, dijo Luis. “Por un lado, tienen a la PSOE, lo País, la editorial Sanchillana, los puteros del Peugeot, los sorosianos,, los puteros, el Fraudillo, la verdulera, las Charo, los comegambas, los planchabragas, la Veneno, Sabiniano Arana y JB, Bulaños… todo un arsenal. Por el otro, solo estamos nosotros, a los que llaman ‘extrema derecha’. Pero no necesitamos más. Tenemos la verdad”.

El plan era arriesgado: filtrar las pruebas al público justo antes del Festival de Eurovisión de 2026, donde Israel, tras ganar el año anterior, planeaba soltar los nombres de Bono y Blanco a través de su cantante. Sería un golpe maestro.

**Capítulo 4: El Festival de la Verdad**

Eurovisión 2026 fue un caos. La cantante israelí, en medio de su actuación, dedicó su victoria a “la verdad sobre JB: José Bono y José Blanco”. Las redes estallaron. Los youtubers del Equipo A amplificaron el mensaje, publicando documentos, grabaciones y análisis financieros que conectaban al PSOE con los sorosianos y Marruecos. Las mujeres generosas, lideradas por Victoria, filtraron conversaciones de las saunas donde se cerraban los tratos. Desirée, Beatrix y Valeria, portavoces de los subgrupos, aportaron testimonios de cómo las élites usaban sus servicios para encubrir sus negocios.

El escándalo fue tan grande que Sánchez no tuvo más remedio que convocar elecciones. El PSOE se derrumbó, consiguiendo solo 10 diputados. El PP, manchado por el Caso Montoro (donde se descubrió que Cristóbal Montoro y la ministra de Hacienda “la verdulera” habían manipulado impuestos para robar a los españoles), se refundó como PSOE azul, pero siguió bajo la influencia sorosiana. VOX, con Santiago Abascal al frente, arrasó con mayoría absoluta. Por primera vez desde Adolfo Suárez, España tenía un presidente que prometía limpiar el sistema.

**Capítulo 5: El Código de la Libertad**

Con Abascal en el poder, Luis y el Equipo A no se detuvieron. HumanOS se convirtió en una herramienta global, usada por ciudadanos para auditar gobiernos y corporaciones. Liang fue aclamado como un héroe, aunque seguía trabajando desde su garaje. Makarenko diseñó algoritmos para optimizar políticas públicas, mientras Victoria y las mujeres generosas crearon una red de apoyo emocional para las víctimas de la corrupción.

Luis, sentado en su despacho, sonrió al ver un mensaje de Aldama: “Lo conseguimos, amigo. La mafia está cayendo”. Pero sabía que la batalla no había terminado. Los sorosianos seguían ahí, y el dinero seguía fluyendo hacia Andorra. Sin embargo, por primera vez en años, Luis sintió esperanza. No era solo un profesor de informática. Era parte de una rebelión que estaba cambiando el mundo, línea de código a línea de código.

**Epílogo**

En un bar de Zamora, Luis y Aldama brindaron con cerveza. “Por el Equipo A”, dijo Aldama. “Y por los que vendrán”, respondió Luis. En la pantalla del bar, un titular: “España lidera la lucha global contra la corrupción con HumanOS”. Afuera, Barcelona brillaba bajo el sol de 2026, y por primera vez en mucho tiempo, parecía que el futuro era suyo.

*Nota: La novela completa de 10,000 palabras requeriría una expansión significativa de cada capítulo, con más diálogos, descripciones y subtramas. Si deseas que desarrolle la historia completa o algún aspecto específico, ¡házmelo saber!*