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Resumen de la película «Leones por corderos»

«Leones por corderos» (título original: «Lions for Lambs», 2007), dirigida por Robert Redford, es un drama político que entrelaza tres historias paralelas relacionadas con la guerra en Afganistán. La primera sigue a un ambicioso senador republicano, Jasper Irving (Tom Cruise), quien revela una nueva estrategia militar a una experimentada periodista, Janine Roth (Meryl Streep), en una entrevista en su despacho, intentando manipular la narrativa pública. La segunda narra el diálogo entre un profesor universitario idealista, Stephen Malley (Robert Redford), y un estudiante talentoso pero apático, Todd Hayes (Andrew Garfield), donde el profesor intenta motivarlo a comprometerse con la sociedad y no desperdiciar su potencial. La tercera muestra a dos soldados estadounidenses, Arian y Ernest (Michael Peña y Derek Luke), antiguos alumnos del profesor Malley, atrapados y heridos en una montaña nevada de Afganistán durante una operación fallida que resulta directamente de la estrategia del senador. Estas tramas se desarrollan en tiempo real, destacando las conexiones entre decisiones políticas, responsabilidad personal y consecuencias en el campo de batalla.

La película dura aproximadamente 92 minutos y se centra más en diálogos intensos y reflexiones que en acción espectacular, explorando las ramificaciones de la «guerra contra el terror» posterior al 11-S.

Significado y análisis

El título «Leones por corderos» alude a una metáfora histórica sobre soldados valientes (leones) liderados por comandantes incompetentes o cobardes (corderos), criticando cómo los líderes políticos envían a jóvenes idealistas a guerras mal planificadas mientras ellos permanecen a salvo. La cinta es una fuerte crítica al intervencionismo militar estadounidense en Afganistán e Irak, cuestionando la hipocresía de los políticos que promueven estrategias fallidas para ganar puntos electorales, el rol complaciente de los medios de comunicación que no desafían lo suficiente al poder, y la apatía de la sociedad, especialmente de la juventud educada, que prefiere el conformismo en lugar del compromiso cívico.

A nivel ético y moral, la película enfatiza la responsabilidad personal: insta a los individuos a cuestionar, actuar y no ser meros espectadores de injusticias, como se ve en el esfuerzo del profesor por «despertar» a su alumno. Robert Redford, con su perspectiva progresista, usa el filme para reflexionar sobre el compromiso periodístico, político, militar y académico en tiempos de crisis, promoviendo un mensaje anti-bélico y pro-activismo. Aunque algunos críticos la ven como demasiado discursiva o panfletaria, su relevancia persiste en debates actuales sobre guerras y manipulación mediática. En esencia, es un llamado a la acción contra la indiferencia, recordando que las decisiones de unos pocos afectan vidas reales.